martes, 20 de octubre de 2009

Como en un cuento de hadas

Las calles no llevaban a ninguna parte y los edificios que le rodeaban se le aparecían como gigantes hambrientos. Las hojas le susurraban al alejarse en el viento, pero ninguna le decía qué rumbo seguir. Tras los árboles se escondían duendes, que intentaban confundirle para que equivocara el camino. En lo más alto de la más alta torre, esperaba la princesa custodiada por el dragón.
-"Merecerá la pena?" - se preguntaba él. Con una última mirada se dio la vuelta y nunca supo si hubiera sido más feliz.
-"Merecerá la pena?" - suspiraba ella. Con un último suspiro se dio la vuelta y volvió a su celda, a tejer sueños con hilos de oro y fue feliz.

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