Camino sin rumbo, sintiendo el viento cortante en mi cara, los ojos rojos. Me cruzo con gente parcialmente invisible, una boca, unos guantes, unos pies... y una sonrisa. Es mágico el otoño, me envuelve un remolino de hojas secas y el polvo me hace toser. Unos ojos se detienen a observarme, creen que es alergia, pero es amor.
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