miércoles, 22 de abril de 2009

Mandalas

Pensando en la vida como una colección de instantes, medito sobre la necesidad que tenemos de hacer de esos momentos algo tangible, que no se evapore con el siguiente instante. Por eso hacemos fotos, coleccionamos tazas de las ciudades que visitamos o nos aferramos a regalos, recordando a la persona que nos los hizo. Lo malo, es cuando además, las cosas materiales se aferran a nosotros, cargándonos de un equipaje aún más pesado del que llevamos con nosotros. Hoy, que estoy intentando vivir con la menor cantidad posible de cosas, me planteo la utilidad de cada objeto que me rodea y me doy cuenta del lastre que conllevan algunos...
Y debo estar algo budista, porque pienso en mandalas de arena. Un mandala (que en sánscrito viene a ser algo así como 'círculo') es un dibujo concéntrico de significado ritual en el budismo y el hinduismo. En mi caso, pintar y completar un mandala, me ayuda a pensar, a enfocar mi atención en algo, incluso a meditar. Pero eso mandalas permanecen, una vez que los termino...
Un ritual de los monjes budistas, consiste en recrear esos mismos mandalas con arena de colores. Pasan días (semanas?) dibujando con arena, detalle a detalle, usando finísimas cañas para las líneas, trabajando de dentro hacia fuera, hasta completar el círculo. ¿Y luego qué? Bendicen la arena en una ceremonia y lo barren todo, volviendo a mezclar los colores, sin que quede nada y se lo regalan al viento, o al mar (o, en ocasiones, a quienes se han acercado a ver semejante obra de arte ser creada y destruida). Os dejo este link a una increíble colección de fotos en flickr, que muestran el proceso del mandala de arena creado por monjes budistas en Florida.

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