domingo, 5 de abril de 2009

Montmartre



En un día de sol, se pueden reconocer todas las siluetas importantes de París desde el mirador del Sacré Coeur. Ayer estaba nublado a ratos, así que hubo que conformarse con el paseo por Montmartre, aprovechando los ratitos de sol y bebiendo de la vista de los artistas, turistas, músicos y demás fauna de los sábados por la mañana, ávidos de luz y ruido tras el largo lapso invernal. No es que Montmartre pare nunca, es que siempre es más bonito cuando hay sol y girasoles.

Hay algo en esta ciudad que te atrapa y hace que casi olvides que tienes otros sitios a donde ir, otras cosas que hacer, otras vidas por vivir (y yo siempre he querido ser pirata).

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